A partir del 1 de octubre, el Museo Universitario Arte Contemporáneo, muac, presenta la primera exposición retrospectiva en Latinoamérica de Ben Vautier(Nápoles, Italia, 1935), una muestra que traza un amplio recorrido por el trabajo de este artista francés de origen suizo.
A través de sus pinturas, esculturas, grabados, dibujos, documentación de acciones y textos, La muerte no existe, exposición curada por Ferran Barenblit, atravesará seis décadas de su trabajo y la influencia mutua de y con todos los movimientos y artistas con los que ha estado relacionado, desde Fluxus hasta su interés por el etnicismo y su diálogo con la cultura de masas.
Ben, un artista comprometido, radical, irreverente…
Con una ingente producción, Ben Vautier genera una obra desinhibida, poderosa y total. A lo largo de su trabajo, fusiona arte y vida de forma tan sincera como contundente. El principal tema en su obra es el arte mismo: la necesidad de ser siempre comprometido y radical, la mirada sobre cualquier ejercicio humano entendido como manifestación de la cultura, incluso, su aparente inutilidad.
El trabajo de Ben toma diversas formas: la acción, muchas veces casi invisible, como el menor gesto posible con variedad de significado (en la exposición se han incluido un buen número de sus films); las obras de texto, siempre con su reconocible caligrafía de letra cursiva blanca sobre fondo negro; las obras escultóricas, frecuentemente resultado del ensamblaje de objetos diversos y las instalaciones que invitan a la participación del público.
La escritura tendrá un lugar destacado en el proyecto. Si al principio Ben escribía frases sencillas que le definían como humano, primero, y artista, después, con el tiempo fue adquiriendo una compleja extensión que navega entre la irreverencia y el humor, lanzando muchas veces preguntas sin respuesta o afirmaciones imposibles de comprobar que ponen a prueba la actitud del espectador/lector.
Al ser la primera exposición que se organiza en Latinoamérica, se dará una particular relevancia al juego con la lengua española, adaptando las obras que permitan su traducción e incorporando otros idiomas de la región, como el náhuatl.
Repensar el sentido del arte
Los inicios de la práctica de Ben Vautier se sitúan a finales de la década de 1950 en el Nuevo Realismo, movimiento que deseaba superar tanto la vacuidad o el lirismo ingenuo del arte abstracto predominante en el discurso oficial occidental de la posguerra y que ansiaba dirigirse directamente a las condiciones en las que se estaba desarrollando la vida en ese momento de intenso cambio. Junto a Yves Klein y Arman, entre otros, constituyen la Escuela de Niza e invocan el legado de Marcel Duchamp al repensar el sentido del arte. Durante esta época, Ben abogaba por un arte nuevo y vanguardista. Pocos años después, entró en contacto con Fluxus, el movimiento originado en Nueva York que daba un paso más allá al priorizar el proceso sobre el resultado, prefigurando el arte conceptual y proponiendo un diálogo intenso con la poesía, la música y las artes escénicas.
Entre las nociones recurrentes en su trabajo se encuentran el ego y el etnismo. El primero tiene que ver con la mera existencia, el deseo de seguir viviendo y, por supuesto, con el hecho de ser artista. Para Ben, el etnismo implica reconocer la especificidad de cada uno de los pueblos del mundo, que el colonialismo eurocentrista sigue intentando acallar. En el contexto de esta exposición, esta noción aparece reflejada en algunos textos en náhuatl.
Poliédrico, intenso, incansable y tenaz, Ben expande su desbordante producción fusionando arte y vida durante décadas clave de la historia reciente; siempre por delante de su tiempo. Sus actitudes y forma de operar ya en sus primeros años de trabajo anuncian las tendencias de las décadas de los ochenta y los noventa: la radicalidad, oculta muchas veces en sencillez, de algunas acciones; la centralidad en el paso del tiempo; la importancia del texto; la capacidad de reunir personas diversas alrededor de actividades aparentemente cotidianas. En cada artista que emerge en las últimas dos décadas del siglo pueden encontrarse elementos que nos retrotraen a prácticas anteriores de Ben. La mayor obra de Ben es Ben mismo: una máquina sin parar que analiza y cuestiona la compleja realidad con la que debemos negociar a diario. Desplegando un talento y una capacidad de trabajo sin límites, Ben se propone explicarnos el porqué de todo.
La exposición Ben Vautier. La muerte no existe se exhibirá en las salas 1, 2 y 3 del muac del 1 de octubre de 2022 al 2 de abril de 2023. La inauguración será el 1 de octubre a las 11:00 horas en el Ágora del museo.
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