Por JULIÁN MITRE
Lucia conoce al Monje Negro, vocalista de una banda de black metal durante un concierto de la misma. Atraída por su imagen y personalidad, la joven decide acercarse al Monje luego de la función y casi de inmediato inician una relación de rokcstar y groupie que en poco tiempo escala, entre actitudes machistas, violencia, ocultismo y sacrificios humanos; a la de amo y esclava para terminar en una situación de secuestro. Por si esto fuera poco, Lucia se embaraza y el Monje y los miembros de su banda planean utilizar al bebé para pactar con seres demoniacos. Asustada, la joven logra escapar y tras un tortuoso recorrido llega, en busca de refugio, a la cabaña de su abuela: una misteriosa anciana muda, que vive sola en medio del bosque. Lucia tendrá que sanar viejas heridas emocionales, situaciones de abandono, aprender a convivir con la anciana y finalmente, cuando el Monje y sus compinches dan ella, a luchar por su vida al lado de su abuela.
Bienvenidos al infierno es una película argentina producida en 2021, dirigida por Jimena Monteoliva, con guion de Camilo De Cabo, Nicanor Loreti y la misma Jimena. La cinta utiliza los clichés y el lado morboso del black metal (de la escena noruega de los 90 para ser exactos y de Mayhem para ser todavía más exactos; hay una escena que hace referencia a la portada del disco The Dawn of the Black Hearts, donde aparece el cadáver de uno de los miembros de la banda), los conjunta con las reglas del slasher, los revuelve un poco y nos entrega una historia donde el machismo no se justifica, la final girl no está sexualizada y, en su parte final, la trama da un giro inesperado al que se le pueden encontrar cierto simbolismo en clave feminista.