Roberto Carlos Gamez
Despedimos la primavera con un largometraje animado que amenaza con meterse en nuestros sueños, se trata de Ruben Brandt: The Collector, la ópera prima del húngaro Milorad Krstic.
Brandt, un reconocido psicoterapeuta es atormentado por sueños que involucran a 13 de las pinturas más famosas de la historia, el amor al arte que le fue impuesto en la infancia se convierte en un síndrome que solo puede ser curado robando las obras en cuestión. Para esto Ruben contará con las habilidades de cuatro de sus pacientes que son especialistas en estos menesteres. En un acto de empatía enfermiza, Mimí, una acróbata que padece cleptomanía encabeza el equipo de cuatro ladrones que pasearán por el Louvre, Tate, Hermitage recolectando, entre otros, a Velázquez, Botticelli y al Elvis de Warhol.
“Debes poseer tus problemas, para vencerlos”, es el
mantra que usa la pandilla mientras sustraen el Nighthawks de Edward
Hopper. Naturalmente este caso será investigado por un detective, Mike
Kowalsky, un hombre atormentado que busca resolver el crucigrama de su propia
historia al mismo tiempo que persigue al coleccionista.
Los elementos clásicos del cine noir son
aderezados habilmente con guiños al cine de Hitchcock y Kurosawa, dos de las
grandes influencias de Krstic, quién a
sus 66 años no quiso desaprovechar la oportunidad de homenajear a sus ídolos en
su debut como director. A lo largo de los 90 minutos de la cinta podemos ver un
paisaje urbano entretejido con pinturas clásicas y referencias a la cultura
pop. Una versión jazz de Britney Spears suena de fondo mientras Mimí logra
burlar al detective. Cierto sector de la crítica ha juzgado estos guiños del
director como un desafío a la audiencia, pues cada escena contiene referencias
que no todos captarán a primera vista. Sin embargo, lo mejor es dejarse llevar
en la liminalidad onírica de la cinta y estar atento a las pistas que el
detective va dejando pasar.
La trama es ilógica y visceral, como cualquier pesadilla. Sin
embargo, ¿No es la Venus de Botticelli una angustia hasta cierto punto
deseable?