Julián Mitre
Noburo Iguchi es un director,
guionista y actor japonés conocido por
realizar películas de género Z (filmes que mezclan el horror, el gore y el humor negro con temáticas
grotescas) que tiene en su haber más de una veintena de trabajos.
Entre sus obras más conocidas
tenemos: The Machine Girl que cuenta la historia de una estudiante de
secundaria con un arma super poderosa en lugar de brazo que utiliza para vengar
a su hermano asesinado por un grupo de yakuzas; y RoboGeisha un delirante filme con mujeres mitad máquinas que lanzan
ácido de los pechos, y tienen cuchillas
en las axilas y misiles en los codos.
Pero sin
duda la más extraña y repugnante de sus películas es Zombie Ass: Toilet of dead. Realizada en 2012 la cinta cumple con
lo que anuncia: traseros y zombies.
El filme
inicia en el laboratorio de un científico que golpea a un zombie hasta hacerlo
vomitar con el fin de que su joven hija coma el contenido. Pasamos después a
una intro cuya música y estética nos hacen pensar que veremos un grindhouse
nipón, pero Zombie Ass va más allá.
Un grupo de
dos chicos y tres chicas, entre ellas
Megumi -una estudiante atormentada por la muerte de su hermana- viajan
al bosque para pescar truchas con el fin de extraer sus parásitos, ya que corre
el rumor de que estos son el secreto de las supermodelos para mantenerse
delgadas. No pasa mucho antes de que el grupo se encuentre con un zombie que
muerde, como debe ser, al más isportable de los chicos, luego de lo cual Megumi
le rompe el cuello con una poderosa patada de Karate. En busca de ayuda los jóvenes
llegan a un pueblo cercano y es aquí cuando todo se sale de control. Una de las
chicas, la única que ha comido el dichoso parasito, siente un malestar
estomacal que la obliga a buscar un retrete. Sus gases parecen despertar a los
habitantes del pueblo, todos ellos convertidos en zombies y bañados en
excremento.
Parásitos
fálicos al más puro estilo hentai, vómitos, flatulencias tóxicas, zombies
caminando en cuatro patas, anos con colmillos, más vómito, algunos desnudos, un
científico loco y su hija ninja, son los ingredientes perfectos para crear una
de las películas más escatológicas del cine japonés, apta solo para los
fanáticos del gore con el estómago más fuerte.