Néstor Pompeyo Granja
La música
contemporánea hace ya rato que ha encontrado en México un
territorio fértil para desarrollarse. La suma del trabajo de
compositores, instrumentistas, cantantes y demás protagonistas del
fenómeno amplía paulatinamente el panorama, y sobre el camino van
naciendo proyectos con personalidades cada vez más definidas.
Ensamble Kafka es uno de esos proyectos. Su disco homónimo,
compuesto y arreglado en su totalidad —salvo un par de
adaptaciones— por Steven Brown y Julio García, es un gaudeamus de
metales y lengüetas en próspera convergencia con guitarras,
requintos y elementos electrónicos, con una atmósfera de puro
realismo mágico.
Efectivamente, el
término “ensamble” es el que mejor define a este conjunto
que aparece, taumatúrgico, en la bruma que separa la música
contemporánea, la tradición oaxaqueña y una suerte de post-jazz
estilizado; pues los músicos logran, sin pertenecer a cualquiera de
estos tres espacios, desenvolverse con la soltura que todos ellos
exigen. De ahí que su música tenga la cualidad de generar figuras
diversas, ricas en matices y de gran exquisitez melódica. Cabe
aclarar que, en los once cortes que conforman este debut, impera la
formalidad de la estructura “clásica”: no hay en el álbum
una sola nota que no haya sido previamente trazada y estudiada, pues
su lenguaje es ajeno a la dinámica de la improvisación que
encontraríamos, por ejemplo, en una jam session o en un ensamble de
jazz como habitualmente los conocemos. Incluso podría decirse que en
Ensamble Kafka el componente jazzístico es más una ilusión
auditiva —sostenida por la dotación instrumental— que una
realidad explicada por las mismas composiciones. Son piezas cuyo
carácter laberíntico y diseño armónico exigen múltiples escuchas
antes de lograr descifrarlas por completo.
Totalmente
alejado de las definiciones sencillas, Ensamble Kafka es un proyecto
único, dueño de una autonomía —con respecto a los géneros—
que le ha permitido configurar con éxito un estilo cuasigestáltico,
donde el patrón holístico es el motivo principal para la música, y
la percepción del oyente es vulnerada por un cúmulo de desafíos
que, se resuelvan como se resuelvan, invariablemente conducen a una
aventura fascinante. Ensamble Kafka es, pues, una sucesión de
estampas expresionistas con gradaciones istmeñas. Un disco
sorprendente.
Ensamble Kafka,
“Ensamble Kafka” [Independent Recordings / Fonarte Latino, 2013].