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Libros

Mis pies tienen raíz. Mujeres del mundo de habla hispana

Por GORETY ORTIZ

En los últimos años, gracias al trabajo de muchos colectivos, se han recuperado los aportes de mujeres que quedaron soslayadas de la Historia escrita por hombres. La mayoría de esos libros ha representado una enciclopedia donde podemos consultar las biografías de mujeres de todo el mundo, algunas de ellas con experiencias increíbles, lo que las ha vuelto ídolas, heroínas o diosas inalcanzables que mantenemos en un altar alejado de lo que sucede en nuestra vida cotidiana. En Mis pies tienen raíz las autoras (y autor), por el contrario, quisieron presentar a mujeres de carne y hueso que han trabajado con empeño en lo que más les gusta. En estas páginas se encuentra un diario sobre la vida de estas figuras importantes en su área de conocimiento; no solo hablan del éxito que obtuvieron al final de sus vidas, algunas de las narraciones muestran la semilla de lo que esa mujer haría en el futuro o el proyecto que la motivaba con la esperanza de dejar un vestigio de su trabajo para quienes vendríamos más adelante.

Leer el fragmento de vida de cada una de ellas es como verlas en un álbum de fotos, donde están haciendo lo que más le apasiona. Hay quienes se dedican a más de un oficio, como Laura Méndez de Cuenca, de quien podemos apreciar sus facetas como escritora, educadora, madre, dibujante, periodista y traductora.

Mis pies tienen raíz invita a seguir investigando más con la familia, en otros textos o en internet. Y en ese camino he encontrado muchas sorpresas, por eso considero a este libro una experiencia. Y aquí quiero citar un texto de Jorge Larrosa, titulado “Sobre la experiencia”:

“Puesto que la experiencia es una relación, lo importante no es el texto, sino la relación con el texto. A un lector que, tras leer el libro, se mira al espejo y no nota nada, no le ha pasado nada, es un lector que no ha hecho ninguna experiencia. Ha comprendido el texto, sin duda. [Pero] es un lector que no se transforma. […] Aunque comprenda perfectamente lo que lee. O, tal vez, precisamente porque comprende perfectamente lo que lee. Porque es incapaz de otra lectura que no sea la de la comprensión.”

Si solo leemos para comprender, entonces no estamos leyendo. Leer debería ser un encuentro, mirarte a través de otros ojos (los de los personajes, quizás), dejarte llevar por ese torbellino de poesía, de historias, y al terminar, saber que ya no eres la misma persona que antes de esa lectura.

Mi experiencia con Mis pies tiene raíz se tornó muy personal. Cuando recibí el libro de manos de Cisteil y David, la primera historia que leí fue la de María Elena Walsh. Me dio mucha curiosidad escuchar sus canciones y fui a buscarla en Spotify, mi primera sorpresa fue que “El reino del revés” fue compuesta por Walsh. Esa canción que le hemos escuchado muchas veces a un personaje dominguero de la tele, ¡la compuso una mujer!

Unos días más tarde le conté a mi mamá del libro y mi encuentro con María Elena Walsh. Le puse las canciones y se asombró, ella la escuchaba en la radio cuando estaba embarazada de mí a finales de los 80. Nunca supo cómo se llamaba la cantante, pero ahora, gracias a esta coincidencia, la volvió a encontrar.

Esta lectura me atravesó por completo y me llevó a saber cosas de mi historia personal que no sabía. Quizás si lo lees te encuentres también con mujeres que hagan eco en tu memoria.

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