Julián Mitre
Como parte de “Huellas” V Encuentro
de Novela Negra de San Luis Potosí 2020, festival dedicado a la novela negra y
algunas variantes del género, se incluyó la programación de cuatro cintas
mexicanas ad hoc a la temática del encuentro. Una de ellas fue Llámenme Mike,
una autentica película Noir a la mexicana filmada en 1979 por Alfredo Gurrola y protagonizada por Alejandro Parodi.
La cinta desde su arranque, bastante
crudo, hace gala del humor negro que ha de caracterizarla de principio a fin. Cuatro
judiciales ahogados de borrachos descienden de un coche en un tramo solitario
de la carretera con el fin de abandonar ahí el cadáver de una prostituta, muerta
luego de haber consumido cocaína durante una noche de parranda a su lado. Uno
de esos policías es Miguel, el protagonista de la historia: un policía tan
corrupto como sus compañeros, que vive en casa de su madre, es amigo de un
ladrón de autopartes y afecto a leer novelas de detectives.
Tras un operativo para decomisar un
cargamento de cocaína, el grupo entrega tan solo unos cuantos gramos de la
droga decomisada despertando así las sospechas del jefe de la Policía. Miguel
es obligado a entregarse para salvar a
sus compañeros, quienes le prometen que luego de unos meses será liberado y
reincorporado a su trabajo. Pero una vez en prisión Miguel es atacado por un grupo de reos que él
mismo encarceló. Luego de la golpiza es
hospitalizado e intervenido quirúrgicamente. La operación tiene consecuencias inesperadas
y Miguel termina en el manicomio, pues ha asumido una nueva personalidad: ahora
es Mike, un agente del gobierno de los Estados Unidos que se encuentra en una
misión para detener a los comunistas.
Llámenme Mike como cinta de acción es
imperdible, tiene una buena dosis de violencia desde el ataque en el baño de la
cárcel, pasando por las peleas en un billar o en medio de la carretera hasta la
secuencia final. El contraste de los diálogos de Mike, muy de novela policiaca,
hablando de los valores americanos, de la guerra de Corea y de lo extraño que
resulta que lo latino esté moda, contraste muy bien con la forma de hablar del
resto de los personajes, remarcando así lo fuera de la realidad que se
encuentra el protagonista
Por si fuera poco la cinta, con su
tono de parodia al cine negro estadounidense, es una crítica a la corrupción
policiaca y a la sociedad mexicana de la época.