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MÚSICA

Radiomadigan

Por MIGUEL DÍAZ

Bad Bunny, sin miedo a equivocarme, es el artista latino más fa moso del momento. Su ascenso ha sido sorprendente desde su aparición en redes sociales allá por el 2016. Fue ganando algo de fama con apenas algunos sencillos y videos musicales; y tardó un par de años en publicar su álbum debut X100PRE (2018). A partir de ahí fue ganando una enorme popularidad, primero en toda Latinoamérica, y de la noche a la mañana, llegaron los números uno, primero en Estados Unidos y luego a nivel mundial, sin dejar de cantar en español y sin mudarse de país. Desde entonces, Benito Antonio Martínez Ocasio ha sido amado por millones, y odiado con semejante pasión por sus detractores, en especial por gente que veía en el reguetón un peligro para los valores conservadores y el “buen gusto” musical. Más allá de filias y de fobias, Benito ha ido construyendo su propio estilo dentro de la música urbana, redefiniendo el reguetón y abriendo las posibilidades de experimentación de la música latina.

DeBÍ TiRAR MáS FOToS es su última producción, y ya desde la ima gen de la portada nos remite a la vida cotidiana de Latinoamérica: el platanar mecido por el viento y dos sillas de plástico vacías. La música y las letras de este álbum, aunado a una producción impecable, nos trae a un nuevo Bad Bunny, al que a continuación intentaremos aproximarnos.

“NUEVAYoL” empieza con el clásico de la salsa “Un verano en Nueva York” de El Gran Combo de Puerto Rico. A los pocos segundos se vuelve un electro-reguetón sobre la inmigración, retratando a los puertorri queños de Washington Heights, y citando “El Malo” de Willie Colón, para hablar de su fama mundial, preguntándose retóricamente: “¿Cómo Bad Bunny va a ser el rey del pop?”, y se contesta: “Con reguetón y dembow”. Esa fórmula exitosa está presente en este álbum, sin embargo es tam bién algo más, desmadre con sabor local. “VOY A LLeVARTE PA PR” es ce lebración al bellaqueo (“Hey, que viva la putería”) y la identidad (“Esto es PR, mami/ Aquí nací yo/ y el reguetón”), entre arreglos de producción con ruidos de sirenas y ritmos machacones para perrear hasta el sub suelo. En “BAILE INoLVIDABLE” se introduce con una voz profunda y unos sintetizadores ondulantes de una melodía pop en una sabrosa salsa mo derna, bajo el lema “Mientras uno está vivo, uno debe amar lo más que pueda”. Benito nos empuja a la pista de baile, y su orquesta nos mueve a un son irresistible donde el baile es la vida, y nuestra bailadora es la nostalgia (“La vida es una fiesta que un día termina/ Y fuiste tú mi baile inolvidable”). “PERFuMITO NUEVO” es un pop urbano techno dembow que aborda con coquetería y erotismo el tema del deseo. Bad Bunny ha escrito un repertorio de personajes femeninos en sus canciones: mu jeres independientes o sexualmente liberadas, bellaquitas que buscan amor o sexo sin ninguna excusa. Igual que en “WELTiTA”, puro bellaqueo tropical, con su picardía y albureo, y la interpolación de “La Flaca”, de Jarabe de Palo, y la voz de Isabela, cantante de Chuwi, proyecto musical indie de PR, que añade guitarras, percusiones y coros. “VeLDÁ” es otro reguetón sobre sexo bellaco, con un montón de glitches electrónicos y unos bajos para romper ventanas, más bichotes y bichotas hipersexua les de internet, y dos nuevos reguetoneros: Omar Courtz y Dei V, más la leyenda, Wisin.

“EL CLúB” empieza como si fuera una canción sobre pasarla bien en el antro, pero de repente se vuelve sobre acordarse de los ex, desde el punto del perdedor, de aquel que no superó la relación. De a poco la melodía pop desemboca en beats de house. “KETU TeCRE” es otra vez re guetón de niñas malas, empoderadas, tipo “Ella baila sola”, pero aquí es malcriada y engreída. Rompiendo corazones sin piedad, bailando suel ta en la fiesta. “BOKeTE” es la misma diatriba contra la bellaquita que no le ha correspondido, en medio de arreglos pop de sonidos dulces y atmosféricos, aparece la amargura del amor perdido (“un día te va’ po nerte vieja/ Va’ a mirar pa’trá y te vas arrepentir), y haciendo del amor una metáfora de la situación de precariedad del gobierno en la isla (“tú ere un boquete en PR, por eso te esquivo”) entre ecos y progresiones alternativas que a ratos se vuelve bachata y luego casi es vaporwave. “KLOuFRENS” es otro perreo para los amores de verano; el mismo enamo rado, clavado y dolido por haber sido ghosteado por otra chica, sufrien do al pensar en que lo han reemplazado por otro, justo en el momento en que más la quería. Mientras que “TURiSTA”, la décima pista, resume los afanes románticos de Benito. Es una interpretación asombrosa del lamento de amor por quien hizo de su corazón una simple atracción tu rística (“En mi vida fiesta turista/ Tú solo viste lo mejor de mí/ Y no lo que yo sufría”). Es un bolero de calculada producción atmosférica, que igual introduce ecos y tonadas a lo Frank Ocean, junto a los requintos y la sensibilidad de Los Panchos. Una de las piezas mejor logradas del álbum.

Esa sensibilidad folclórica es más directa en “CAFé CON RON”, una plena puertorriqueña tocada por Los Pleneros de la Cresta con la euforia de la música latina y el ron festivo. El son latinoamericano y la música jíbara también están en “PIToRRO DE COCO”, una oda al amor perdido y las fiestas populares de Puerto Rico, con esos arreglos de guitarras en un remolino de requintos envolventes. Los comentarios críticos y po líticos de Benito quedan patentes en “LO QUE LE PASÓ A HAWAii”, donde esa salsa progresiva vuelve el canto jíbaro contra la gentrificación y el despojo colonialista de PR por parte de Estados Unidos, en un final épico de orquesta y coros que erizan la piel de cualquiera que logra entender su llamado a la resistencia social y política. “EoO” es otra vez perreo hasta suelo, dembow con coros r&b y techno-twerking.

Las dos últimas canciones del álbum son pura nostalgia. En “DtMF”, con su nuevo pop urbano que convive con el dembow y la bomba, Bad Bunny anhela retener algo de lo que ya se fue, y habla de la alegría de poseer la identidad y los recuerdos (“Debí tirar más fotos de cuando te tuve / Debí darte más besos y abrazos las veces que pude”). Y la última, “LA MuDANZA”, es un poema sobre la trasterrancia y el regreso al país natal. Plena puertorriqueña de alta calidad sobre la identidad latina y la resistencia política, donde el freestyle de Bad Bunny escarba su or gullo borinquen, con todo y bandera azul clarito.

En este trabajo Bad Bunny crea una colección de composiciones que refleja una búsqueda más honesta y lograda. Toda una apuesta al recuer do y el rescate de la propia identidad, una reflexión sobre su propia historia. Es sorprendente su enorme capacidad de integrar géneros y estilos distintos, sin traicionar el propio. Este es un álbum que regresa a las raíces del artista, a la música caribeña y a ritmos puertorriqueños como la bomba y la plena; no solo rescata esos sonidos, también trae a la calle y las pistas de baile el mensaje de resistencia social y po lítica que siempre ha acompañado a esos géneros. Después de su éxito internacional, Bad Bunny parece volver a su refugio en la isla, y volcar su energía y talento en la música originaria de su pueblo, sin pasar por alto las problemáticas importantes para sus connacionales. DeBÍ TiRAR MáS FOToS es también su trabajo más íntimo hasta el momento, a la par de que es un disco para y por su gente, sin dejar de ser una apuesta internacional, llevando orgulloso sus raíces a otro nivel, renovando de paso al reguetón y la música pop.

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