Por JORGE HUMBERTO CHÁVEZ
Saludando
a Paul Auster
Para
César Silva
Pasa un tráiler tijereando el aire de la noche junto
a mí mientras en las páginas él procura caminar el blando asfalto para no
lastimar a las hormigas. Y yo
que no conozco la ciudad de nueva york
que no he besado a la japonesa kitty woo
que no dejé mi nombre y mis huesos en un parque
en un honda blanco hiendo veloz la oscuridad a
través de las montañas rocallosas llevando tras mis costillas un reptil hecho
de esperanza y fuego
denver a mi espalda se erige como la ciudad huérfana
y vacía toda metida en un sótano presa entre la puerta y el muro con mis ojos
ahí dentro
No sé por qué conduje este coche hasta aquí, pero
está claro ahora que voy siguiendo su caminata en los párrafos de un largo
desánimo porque secretamente voy parando donde se detuvieron sus pasos también.
Soy su mirada errante y soy sus pies contra las líneas blancas de la autopista
haciendo la existencia cada vez más tenue y única, soy yo
en una sola dirección escoltado por la luna
mirándome
hecho a la firme voluntad de solo seguir hacia
adelante
rompiendo con el frente de mi auto a las diminutas
estrellas
Como él he dejado atrás el pomo de mi puerta. La
calle que lavan las hojas muertas, la ciudad con sus paseantes respirando un
invierno unánime, sus peatones que rozan los brazos al andar y que no ven a
nadie y a quien nadie contempla. Esos ojos vacíos que nos buscan inútiles. El
padre, que aguarda en una caja de metal nuestro regreso; la madre que nos sigue
llamando desde la cocina. Llaves, páginas, camisas.
con su historia ardiendo entre mis ojos conduzco un
honda blanco por El palacio de la luna
me estrello en el tiempo los vacíos me sangran pero
voy en busca de ese nuevo comienzo