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Poesía

Defensa de oficio, de Rubén Rivera[1]

Por: VÍCTOR LUNA

Poeta y crítico literario

Publicado originalmente en una oscura editorial de provincia, Defensa de oficio es un libro producto de una experiencia brutal provocada en el poeta por los poderes represivos del Estado. Como toda obra poética de Rubén Rivera, parte, en gran medida, de sus circunstancias vitales. Los poemas que forman este breve, pero denso libro, funcionan a manera de un diario poético. Son el relato en verso de un tiempo corto pero intenso en una de las prisiones más peligrosas del país, y posiblemente del mundo; en la prisión de Culiacán han estado los criminales más peligrosos del estado y del país y allí estuvo Rubén Rivera escribiendo en servilletas, cajas de cigarro, papel para envolver tortillas, estos poemas que forman el bello libro Defensa de oficio. Pero Defensa de oficio rebasa la anécdota, y esto se debe a la cultura que posee Rubén Rivera. Decía T. S. Eliot (cito de memoria, como sugería que se citara Alfonso Reyes): “el poeta debe de hacerse de una cultura, siempre y cuando no interrumpa su ocio necesario”, y finalmente Rivera, robándole horas a su ocio se hizo de una cultura que despliega en el campo del poema haciendo que el texto poético rebase lo anecdótico. En los poemas del libro Defensa de oficio están las lecturas de los poetas de las dinastías Tang y Song pertenecientes a la gran tradición poética china, por eso la luna es un elemento poético constante en los poemas de este poemario, cito:

Dejaré mi pluma sobre la piedra

para ir a conversar con la luna

a través de las rejas.

Escribe Rubén Rivera haciéndole eco a los versos inmortales de Li Yu:

La noche, fría; la luna florece
      en un claro del cielo.

Pero no solo hace referencia Rivera a oscuros poetas chinos, no, también nos recuerda que su linaje de poeta pertenece a la tradición moderna y usa como epígrafe un verso de Nazim Hikmet, poeta turco, autor de “El gigante de los ojos azules” y otros poemas magníficos y enternecedores. La historia de Hikmet está llena de injusticias que el gobierno turco cometió en su contra. De igual manera Rubén se refiere al poeta Charles Bukowsky, otra de sus influencias y sus referencias culturales preferidas. Escribe Rivera:

Nadie está conmigo, salvo la Luna.

Nos recuerda los versos de Li Yu que dicen:

¡Cuán insufrible resultaba

pensar en mi reino perdido

a la clara luz de la luna!

Y que le costaron la vida a manos del infame emperador Song Zhao Kanying. Defensa de oficio se inserta dentro de una obra ya sólida en la poesía mexicana. Rivera ha sido ganador de diversos e importantes premios y sobre todo nos ha dado libros a los lectores de poesía que agradecemos por el placer que nos causa la lectura de sus versos. Es difícil manejar una palabra con tanta carga poética dentro de diversas tradiciones como lo es la Luna, y eso es quizá el mayor logro de Rivera en Defensa de oficio y le da al título del libro el verdadero sentido estético: la defensa de un oficio, el de poeta que cada día se va abaratando con el surgimiento de una legión de improvisados escritores de malos versos que no atienden la regla básica en el oficio poético y literario: para aprender a escribir, primero hay que saber leer.

SELECCIÓN DE POEMAS DE DEFENSA DE OFICIO

(BUENOS AIRES POETRY, 2023)

SUEÑO DESGARRADO

Pienso en los caballos de bruma,

en los mendigos doblados por el frío.

Estamos platicando, las miradas relampaguean

en los platos llenos de cucarachas.

El preso que duerme a mi lado

tiene una corona de moscas y ronca.

La luz del insomnio nos hace girar como insectos.

VELA ENCENDIDA

Desde la puerta el vigilante nos mira

con su rifle al hombro.

La noche se tiñe de niebla,

se estremecen los árboles.

Las cucarachas nos disputan las camas.

Entre la niebla pienso en mis hijos,

pienso en los que me aman

y en mis amigos.

Pienso en la libertad y su ebriedad sin fin.

LA NOCHE LLEGA CON EL VIENTO

Veo nubes que viajan.

No hay nada más terrible que perder la libertad:

para pedir agua tienes que gritar,

para comer tienes que esperar,

para esperar tienes que callar.

ESTAMOS DE FIESTA

Un celador llega,

dispersa el polvo de la celda.

Abre el candado

para que entre el jefe del pasillo.

Viene a compartirnos un revolcado*.

Aquí se puede fumar tranquilamente

protegido por los policías.

La Luna es el candado de nuestra celda.

*Es un cigarro combinado de marihuana con cocaína

BELLO SUEÑO

Espero el amanecer

para ver entrar al Sol por la celda.

Escucho las carcajadas de los policías

y recuerdo a mi familia con tristeza.

Aún cae el rocío de las estrellas.

Anoche soñé que llegaba a la casa

y abrazaba a mis hijos.

Los pájaros se acurrucan en el árbol del patio.


[1]Rubén Rivera, “Defensa de oficio”, Buenos Aires Poetry, Argentina, 2023, p. 65.

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