Por MIGUEL DÍAZ
Lola Young es una cantautora londinense de 23 años, que este 21 de junio pasado publicó su segundo álbum, This Wasn’t Meant For You Anyway, una cohesiva colección de canciones que muestran su enorme capacidad de expresión e interpretación, uniendo piezas de crudo rock con toques soul y R&B.
Empieza con cajas de ritmo y sintetizadores, para introducir su voz con un tono grave y confrontativo. Desde la primera canción manifiesta su furia confesional con ritmos lentos hasta alcanzar el clímax en explosión. Su rudo sonido garage, a pesar de su producción cuidada, suena como grabado en vivo. En ‘Good books’ retrata con rabia una pelea de pareja en letras de una crudeza y sarcasmo que no adolecen de poesía cotidiana. ‘Wish You Were Dead’ es una pieza de rock de ritmos desesperados donde habla de una relación que, a pesar del deseo, el afecto y el sexo, se destruye constantemente, que pasa rápidamente de ‘fuck me nice” a “I wish you were dead for a sec”. Es interesante notar que Lola no se muestra víctima, sino que es confrontativa, y no solo revela su vulnerabilidad, también se defiende sardónica y con violencia.
Las trampas del deseo y el ego están presentes en ‘Big Brown Eyes’ y ‘Fuck’. La primera con una base reggae, el ansioso bajo que empuja una voz melosa y cínica, que sin disculpa pone su goce como eje de su arte, y su capacidad lírica tuerce una narrativa sobre el deseo por el otro y la obsesión física, en medio de un piano saltarín y las voces distorsionadas llenas de energía. Mientras que ‘Fuck’ es puro amor tóxico en una interpretación cercana al R&B, con sintetizadores y una base rítmica divertida.
Las piezas centrales son las mejor logradas. ‘Conceited’ empieza con un pulso de funk, ritmo machacón, y Lola que mientras más enojada está, más perspicaces son sus letras. Parece querer madrearse a todo pendejo egocéntrico y narcisista que se le cruce por el camino. Se impone, es concisa, llega al grito y a la locura. La parte final son unos solos de guitarra deliciosos, capaces de derretir a cualquier corazón duro. Mientras que en ‘Messy’ los coros y arreglos musicales le dan a la canción un aire clásico. Retrata las peleas de egos, los malentendidos, y las expectativas inalcanzables entre los sujetos, con crudeza e ironía, a la vez que muestra los momentos delicados de una tensión amorosa con magistral empatía y honestidad. ‘Walk On By’ es indie rock con pianos, palmas, ecos, y arreglos de viento. Es quizá la pieza más lograda del álbum en términos sonoros. Y ‘Crush’ que, con sus gritos del comienzo y su dinámica de ir de la calma al ruido con guitarrazos y gritos, recuerda al sonido de los Pixies. Estas canciones dejan claro que Lola Young y su banda están más en el terreno de King Krule, Nilüfer Yanya y Wet Leg, que de cualquier otro género.
Los puntos de inflexión son ‘You Noticed’ e ‘Intrusive Thoughts’. La primera es una composición folkie, con guitarras acústicas y arreglos vocales sobre cuerdas, donde el amor, entre la cotidianidad y la rutina del trabajo, está ya casi hundido, ahogándose, respirando entre la niebla de la mañana y la tarde. ‘Intrusive Thoughts’ es plena desesperanza y estupor, expresa el horror de los pensamientos intrusivos con mucha vulnerabilidad emocional. Las guitarras acústicas, con una base de eco, más la interpretación íntima y reflexiva, transmiten escalofriantemente los delirios esquizofrénicos, de los que Lola misma ha dado cuenta. Las dos canciones más calmadas son con toda seguridad las más inquietantes y conmovedoras del álbum.
Los problemas en las relaciones personales son un tópico del rock desde tiempos de Fleetwood Mac. Lola Young no solo renueva esos temas del conflicto amoroso, también reencarna la angry-young girl, tipo Alanis Morrissette, con un filoso sentido del drama y la ironía, y una excelente capacidad vocal e interpretativa, digna de la mismísima Amy Winehouse.
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