Poesía
El 33
José Luis Rico
El campesino cuchicheó a la peluca
del travesti del cuarto oscuro
ese martes una súplica. Cuarto oscuro
vuelto salón del tedio y la cerveza. Con el índice
el travesti hizo del poyo un catre y los pantalones
de poliéster enlodados cayeron al tobillo
y aquel domador de agave se aniñó hasta yacer de lado.
La verga salió bajo la falda y tornó
de alquitrán el cuerpo y la mirada.
El gerente mandó apagar la luz magenta.
El tráfico a través de la ventana
se había esclerotizado,
se había aclarado.