Julián Mitre
Bras de Oliva Domingos escribe obituarios para ganarse la vida mientras
intenta concluir su primera novela y así convertirse en un gran escritor, la
profesión de su padre, cuya fama y talento es tan grande que lo abruma. Así arranca
Daytripper, una novela gráfica
escrita y dibujada por los gemelos brasileños Fábio Moon y Gabriel Bá y
publicada en 2010 por Vertigo, el extinto subsello de DC Cómics, cuya línea se
enfocaba en historias con un tono más adulto en comparación con sus títulos
principales. Grandes cómics salieron de Vertigo, y Daytripper es probablemente uno de los más bellos.
Cada uno de los diez
capítulos de esta obra es una etapa diferente en la vida de su protagonista. En
ellos veremos momentos por demás cotidianos, pero llenos de emotividad y que de
una u otra forma definen el destino de las personas.
En el primer capítulo veremos
a Bra a sus 32 años, el día que Benedito, su padre, recibirá un gran
reconocimiento por su trayectoria, suceso que opaca otro importante para Bra y
que incluso su madre parece haber olvidado. A regañadientes, Bra llega al lugar
del evento, pero decide entrar al bar de enfrente en busca de cigarrillos. El
final de este episodio es el primer golpe que los autores le dan al lector, y
es brutal.
Después nos encontramos a un
Bra joven que antes de entrar al mundo de los adultos y sus responsabilidades se
embarca en un viaje por todo Brasil junto a Jorge, su mejor amigo, quien tiene
un punto de vista más desenfadado sobre todas las cosas en comparación con el
protagonista.
En el tercer capítulo, el de
sus 28 años, aborda el desamor, el final de la aventura iniciada con la chica
de sus sueños, el duelo y la esperanza de un nuevo inicio que se verá truncado
en un instante. Luego nos encontramos con un hombre maduro, ya convertido en un
gran autor y a punto de ser padre. Aquí los gemelos abordan la ironía de la
vida y otra vez rematan con un final conmovedor.
También veremos un
protagonista de 11 años disfrutando del rancho de sus abuelos, de su primer
beso, de la alegría de volar una cometa, y volviéndose consciente de que la
gente a su alrededor se vuelve vieja. Aquí el mensaje es que una vida plena
puede vivirse a cualquier edad. Conoceremos luego el trágico suceso gracias al
cual Bra encuentra su voz como autor a los 33 años.
Estos fragmentos de una sola
vida funcionan como un cuento independiente, pero también como un conjunto que
es unido a lo largo de la obra por pequeños detalles, realizado con un realismo
casi palpable y contrastado con el porcentaje justo de magia y fantasía.
En el apartado gráfico, la
obra logra transportarnos al Brasil de las grandes ciudades y al de los pueblos
pequeños. Nos muestra en su comida y costumbres parte de una cultura de la que
probablemente conocemos poco, pero también nos transmite a través de los
rostros de los personajes, en cada trazo y en la elección de colores, diversas
emociones con las que indudablemente todos nos podríamos sentir identificados.
Daytripper, como ya dije, es una obra muy emotiva que celebra la vida a través de la
familia, la amistad, el amor y la muerte misma, porque Bra muere en cada capítulo
y sin embargo no deja de vivir.