Irene Ruvalcaba
Llena el vacío la reverberación, ruido
y canto, fusión de flores amarillas, estrellas de huizache que
invaden como moho toda la mente. Detiene el ruido, en su estallar, la
borrosa imagen de la caída. Es el viento ese tejedor de redes de
araña en las paredes de una habitación oscura. Sobra decir que el
cuarto, que puede ser el mundo, se vacía.
Pura López Colomé distiende sus
territorios interiores en la página blanca, en la página percudida,
donde leemos sus ruidos y sus velos, sus ecos y reverberaciones,
atendemos a la falla de nuestros sentidos. Luego de recorrer a
tientas las palabras, nos queda la idea de olvidar percepciones. Así
se calma la ansiedad de conocimiento, mediante la paradoja de lo puro
cuando muestra su impureza.
Borrosa imago mundi1,
dedicado a la ausente presente o a la presente ausente, revive los
ecos de la mirada en el espejo de la imaginación que distinguimos
desde este lado. El poema final retiembla en su atiborrado centro:
“Oh Memoria / oh Ánima sola / oh Muerte recordada /
inmortalizada”: oh lengua materna que viene rebosante de
sensaciones extranjeras. No sabemos quiénes somos porque nuestra
genealogía es apenas alma de árbol.
El bucle de la existencia pretende tachar
lo visto para no perderse en el reflejo del bosque, es preciso dejar
marcas en los árboles y mirar su caída irremediable. Borrar esos
tatuajes desgastados por los años en la piel vieja del cuerpo.
Monumento mortuorio del oído y su memoria.
Cráteres lunares que recuerdan a
cicatrices ajenas “en museo de cera con M de Madre / que suelta las
amarras / de una melodía abismal”. La poeta concentra allí su
bosquejo animado, repleto de escrituras de autores varios para
recobrar los objetos que desgasta el río. Para construir un
inventario personal de los deshechos y las sombras, para llenarse con
su ruido: “elegía del Hacedor / que yo deshago que yo descreo que
yo / disuelvo”. Así de opaco es el recuento de las cosas pérdidas
y rehechas, devueltas y abandonadas.
Entrada ya la noche, en algún sitio que
llamamos origen cuelga un cuadro de marcos dorados donde se figura el
amor entre el lienzo y la polilla.
1
Pura López
Colomé, Borrosa
imago mundi,
Fondo de Cultura Económica, México, 2021.
*Ilustración
de Ilse Ovalle.