Columna
LAS GLOSAS Y LOS AZARES VII Zambrano o las amistades anagógicas
Gonzalo Lizardo Cada vez que pienso en la fluctuante relación entre España y nuestro país, me acuerdo de un profesor...
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Alejandro García …andariego soy, y no me rajo, me topo con el lomo de Por qué escribir de Philip Roth,...
Gonzalo Lizardo Justo a la hora de comer, mientras degustaba un mexicanísimo caldo tlalpeño, me enteré de la polémica del...
Gonzalo Lizardo Basta caminar unas horas por la ciudad de México, en cualquier época del año, para advertir nuestra necrófila...
Alejandro García …me quedo en silencio cuando leo a José Donoso y me cuenta que Ossip Mandelstam, gran poeta ruso...
Gonzalo Lizardo Mientras paseo por el zócalo de la ciudad de México cedo a la tentación de refugiarme en la...
Alejandro García …Robinson dio el brinco, de anécdota de novela a mito moderno, producto fiel de su época, y contemporáneo,...
Pedro Ángel Palou David Ojeda enseñaba con el ejemplo. Desde el primer taller en el que hacía una especie de...
Gonzalo Lizardo Viajo a la ciudad de México mientras leo a Lezama Lima. “Sólo lo difícil es estimulante”,[1] me dice...
Alejandro García …Charcas, ¿dónde diablos está Charcas? En San Luis Potosí. Entre la capital y Matehuala. Por los rumbos de...
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