Por JULIÁN MITRE
Huesera, el primer largometraje de Michelle Garza, quien además de dirigir la película, coescribió el guion junto a Abia Castillo, nos narra la historia de Valeria, una joven mujer que lleva un tiempo intentando quedar embarazada junto a su pareja.
La cinta comienza precisamente cuando Valeria, acompañada de su madre, sube los 640 escalones que conducen a la imagen de la Virgen de Guadalupe más grande del mundo, ubicada en Ocuilan, en el Estado de México. Poco después, Valeria informa a su esposo que finalmente está embarazada, lo que aparentemente los llena de felicidad. Sin embargo, ella comienza a experimentar la visión de un espíritu, una mezcla de araña y mujer sin rostro, que no deja de perseguirla durante el embarazo y seguirá atormentándola después de dar a luz. La visión de este ser y la incredulidad de su familia y esposo van resquebrajando no solo la relación de Valeria con ellos, sino también su propia estabilidad mental y en especial su postura como la madre del pequeño.
Huesera, cargada de simbolismos, aparece incluso un trio de curanderas que podrían ser una referencia a las moiras, aborda temas como la feminidad, la presión social y la pérdida de identidad a través del body horror y el folk horror; este último desarrollado curiosamente por completo en la ciudad y no en un bosque. La película es capaz de crear una fuerte sensación de angustia.
“Huesera” es una cinta que se atreve a explorar el tema de la maternidad no deseada en el contexto del México machista y católico que juzga a cualquier mujer que no dé la vida por sus hijos.
Aunque desde el punto de vista de quien escribe estas líneas le faltan uno o dos sustos para alcanzar la perfección, Huesera que tuvo la fortuna de estar en varias salas de cine comerciales en 2023, luego de un exitoso recorrido por varios festivales, no deja de ser una excelente película que ha ganado merecidamente la buena crítica de los medios especializados, por lo que su visionado es muy recomendable.
