Por JULIÁN MITRE
El diccionario de la Real Academia Española dice que la necrofilia es una perversión sexual de quien trata de obtener el placer erótico con cadáveres, pero también da otra definición un poco más amplia de la misma, al explicar que es la atracción por la muerte o por alguno de sus aspectos. Bajo este punto de vista los directores y espectadores de cierto tipo de filmes ¿podrían clasificarse como necrófilos? Mientras nos lo respondemos dejaré una breve lista de películas que tienen por tema principal esta parafilia.
Nekromantik es un filme alemán de 1987 dirigida por Jörg Buttgereit y escrito por Jörg y Franz Rodenkirchen. Narra la historia de Rob Schmadtke, quien trabaja en una agencia dedicada a retirar los restos de personas por cualquier causa mueren en las calles. Rob aprovecha su trabajo para robar partes de los cuerpos, las cuales colecciona con el beneplácito de su novia Betty, con quien comparte además el gusto por bañarse en sangre y frotarse el cuerpo con vísceras de animales. Finalmente, un día, el joven secuestra el cadáver en avanzado estado de descomposición de un hombre que fue encontrado en un rio para regalárselo a Betty como muestra de su profundo amor, dando paso a la escena más fuerte de la cinta: un trio sexual entre la pareja y el cuerpo grisáceo y viscoso al que adaptan un pene de metal para mayor placer. La pareja convive algunos días más con el muerto hasta que Rob es despedido y Betty, que no piensa desperdiciar su vida con un pobre diablo, toma a su amigo y lo abandona.
Ademas de las escenas sexuales, Nekromantik tiene muy buenos efectos prácticos propios del ultragore alemán, género al que pertenece. Mención aparte merece la banda sonora, uno de sus puntos más fuertes, con una melodía principal bella y terrorífica que encaja perfecta con la violencia de lo que vemos en pantalla y ayuda a no echar en falta los diálogos, que son muy pocos. El filme tiene una segunda parte realizada en 1991 la cual atravesó muchos problemas al igual que su predecesora para ser distribuida y por poco no ve la luz, pero que en términos generales no es tan memorable como la primera.
Ya en la de década de los 90, específicamente en 1994, el director español Nacho Cerdà entrega Aftermath, el segundo cortometraje de su Trilogía de la Muerte, que aborda el nacimiento (con The Awekening en 1990), la muerte (con el corto que nos atañe ) y el renacimiento (con Genesis en 1998).
En poco más de media hora, Aftermath nos muestra el trato que reciben los cadáveres en una morgue, con cortes poco cuidadosos, extracciones de órganos y limpieza de residuos, todo esto por parte de un hombre cuyo traje médico solo nos permite ver sus ojos, en los que junto con su pesada respiración nos hace intuir que guarda algo turbio, lo que se confirmará cuando, al quedarse solo, este medico forense aproveche para violar, en una escena bastante larga, cruda y descarnada, en más de un sentido, el cadáver de una joven. En esta cinta el sonido ambiental juega un papel importante pues complementa la violencia de lo que se muestra en pantalla y si en Nekromantik los diálogos eran pocos, aquí son nulos.
Dos años después en Canadá vería la luz Kissed, una historia escrita por Linda Frazer y Lynne Stopkewich, dirigida por esta última, basada en el cuento corto We So Seldom Look on Love de Barbara Gowdy. Alejada de la crudeza de las cintas anteriores, Kissed es un drama que roza lo fantástico. Sandra es una joven que desde niña ha estado obsesionada con la muerte, en sus ratos de ocio se dedica a recoger cadáveres de animalitos y realizarles funerales. Comienza a compartir este gusto con una amiga hasta que en algún momento el juego toma tintes sexuales para Sandra, asustando y perdiendo a su compañera de juegos. Sin embargo está obsesión no haría más que aumentar. Sandra, ya en edad universitaria,
comienza a trabajar en una funeraria como aprendiz de embalsamadora. El contacto constante con los muertos la llevará primero a besar el cadáver de un hermoso joven hasta finalmente llegar a mantener relaciones sexuales con los muertos. Al mismo tiempo comenzará un noviazgo con un estudiante de medicina a quien le confiesa su secreto, quien lejos de asustarse se obsesiona con el tema, lo que creará grandes conflictos y un final trágico. En Kissed el morbo se deja a un lado y las escenas sexuales son tratadas desde un punto de vista onírico, para representar el carácter místico que Sandra afirma tener cuando mantiene relaciones con los muertos.
Lynne Stopkewich se interesó por el tema de la necrofilia tras leer el escrito de Barbara Gowdy y al conocer la historia de Karen Greenlee, una cosmetóloga mortuoria que en 1979 fue detenida en California luego de robar una carroza fúnebre con el cadáver de un hombre de 33 años. Luego de su detención Greenlee confesaría en una entrevista haber mantenido relaciones sexuales con más de 40 cadáveres.
Greenlee es posiblemente la necrófila más famosa del mundo y no es de extrañar que haya inspirado más de una cinta, como es el caso de Confessioni di una Necrofila, película realizada en 2021 por el director italiano Domiziano Cristopharo. En dicho filme Karen, interpretada por Angela del Regno, cuenta en una videograbación los momentos más importantes de su vida, desde su infancia, cuando jugaba a enterrar a sus muñecas. hasta el escándalo que acabó con su carrera como enmbalsamadora. La cinta intercala a Karen frente a la cámara describiendo los procesos por los que atraviesa un cadáver, la pasión que tiene por su profesión, su experiencia con otras personas y su opinión sobre su conducta, con algunos de sus encuentros sexuales y escenas oníricas en las que mantiene relaciones con zombies o su propio cadáver es violado por un médico. La cinta está a medio camino entre el soft y el horror porn pero curiosamente las partes más interesantes de la obra
resultan ser las disertaciones de la protagonista sobre su propia naturaleza -inspiradas en las confesiones reles de Karen- y los procesos de embellecimiento de los cadáveres llevados a pantalla de forma muy interesante.
Las cintas sobre el tema son muchas y quizá en algún momento hagamos una segunda entrega, pero por ahora bastan estas cuatro obras como un primer acercamiento al cine de necrofilia.
Sé TESTIGO
