Los tambaleantes pasos de un boom amenazante
Por: JUAN FÉLIX BARBOSA
Al solicitar a cualquier alumno un análisis hermenéutico, con el apoyo de algunas teorías de Pierre Bordieu desde la mirada de la sociolingüística, aplicado al cortometraje titulado Barbacoa de chivo(2004), del director mexicano Carlos Carrera, le implicaría un despliegue de elementos, aparentemente inconexos para finalmente concretar un ensayo como texto nuevo que permita ver el cortometraje con otra mirada, más minuciosa y profunda. Lo anterior podría llevarle al estudiante un proceso de 15 días, quizá; mientras que para la Inteligencia Artificial (IA) en su versión de ChatGPT, ante la misma solicitud,demoró solo algunos segundos, y tuvo como resultado un texto con sintaxis notablemente clara, argumentación envidiable y una estructuración clásica de las ideas: intro, desarrollo y cierre puntual, como el mejor y más dedicado alumno.
La IA, término acuñado por John McCarthy en 1956,es,según la definición más difundida,la combinación de algoritmos que buscan crear máquinas con las mismas capacidades que el ser humanopara, en teoría, facilitarle la existencia. Al respecto, los autores Stuart Rusell y Peter Norvig, expertos en ciencias de la computación, desplegaron una clasificación dedos enfoques y cuatro tipos: el enfoque humano que deriva en:a)Sistemas que piensan como humanos, es decir redes neuronales artificiales que resuelven problemas y agilizan la toma de decisiones; b)Sistemas que actúan como humanos:robots que desempeñan tareas humanas, y el enfoque ideal: c)Sistemas que piensan racionalmente,conocidos también comosistemas expertos que pretenden imitar el proceso lógico racional humano; d)los Sistemas que actúan racionalmente, que son los llamados agentes inteligentes que buscan emular el comportamiento humano a partir del mismo proceso lógico racional del hombre.
En 1950, el llamado padre de la informática, Alan Turing planteó en su artículo titulado Computing Machinery & Intelligency la siguiente pregunta: ¿Pueden las máquinas pensar? Más tarde, influidos por la pregunta, especialistas llevaron la combinación de la ciencia informática con los llamados datos robustos para realizar la solución de problemas al igual que lo haría un humano, o mejor aún, con la posibilidad de imprimirle mayor rapidez, capacidad de autoaprendizaje y la de procesar ingentes cantidades de datos.
Al respecto, una de las preocupaciones más singulares y popularmente divulgadas es la que deriva de la siguiente escena: la IA avanzada, consciente de sí, toma la determinación de manipular los sistemas digitales que controlan y condicionan al mundo, y en consecuencia,provoca fallos que llevan al declive y posterior extinción del ser humano; en términos de la realidad y aunque no fue un exterminio global, por ejemplo, en 1997 el sistema Deep Blue de la IBM venció al campeón mundial de ajedrez Garry Kasparoven una partida, y su respectiva revancha; en 2011, la IBM Watson venció a Jen Jennings y Brad Rutter, campeones del juego Jeopardy! Y aunque tales casos podrían sonar muy desalentadores, técnicamente, aún distan de alcanzar al ser humano en sus procesos intelectuales de mayor complejidad.
Existen dos tipos de IA, la primera llamada estrecha, que está programada para realizar operaciones o tareas muy específicas como la de los automóviles autónomos, Alexa de Amazon y Siri de Apple, entre otros, y la segunda, la inteligencia artificial robusta, subdividida en dos: la inteligencia artificial general (IAG),que sería capaz de emular al ser humano prácticamente en todo, a través de la autoconciencia y del aprendizaje para planear el futuro,y la súper inteligencia artificial (SIA), que técnicamente superaría la capacidad humana, dando pie a la tan temida supercomputadora malévola que decida extinguir a los ínfimos humanos;aunque en la actualidad, ambas se reducen a teorías que, desde luego, tienen la mirada puesta para materializarlas en el futuro.
Y para comprender en qué consisten los actuales procesos de la IA, la IBM lo sintetiza de la siguiente manera: “En su forma más simple, la inteligencia artificial es un campo que combina la ciencia informática y los conjuntos de datos robustos para permitir la resolución de problemas. También abarca los subcampos del machine learning y el deeplearning, que se mencionan frecuentemente junto con la inteligencia artificial. Estas disciplinas están conformadas por algoritmos de IA que buscan crear sistemas expertos que hagan predicciones o clasificaciones basadas en datos de entrada”. Aún hoy, esos datos de entrada son propiciados por el humano.
En ese sentido, las aplicaciones de la IA exploran campos como los de la asistencia virtual personal, las finanzas, el transporte, la salud, la educación, el comercio, el reconocimiento del habla y facial, entre otras;aunque los temores reales y más bien próximos son los que tendrían que ver con el desplazamiento del humano trabajador,de una buena parte de sectores productivos, frente a la llegada de la inteligencia artificial generativa, que es la que estaría en posibilidades de establecer procesos de búsqueda, organización, jerarquización y desarrollo en segundos, como el ya mencionado ChatGPT, orientado para la creación de textos escritos. Así,esta capacidad artificial es vista con ojos hambrientos e impacientes por empleadores y dueños de los medios de producción; y paracitar un ejemplo, en la reciente huelga de guionistas en Hollywood, a inicios del pasado mes de mayo, los del Sindicato de Guionistas de Estados Unidos, conformado por más de once mil trabajadores, que entre otras negociaciones laboralesexigía la regulación de la IA, en respuesta, los de la Alianza de Productores de Cine y Televisión se negaron rotundamente siquiera a tratar ese tema en particular, asunto que con un poco de malicia deja el mal olor de un futuro desempleo, muy probablemente masivo, al igual que en múltiples sectores productivos.
Otro caso, de las IA generativas,es el de las que pueden crear imágenes con tal grado de realismo como Dall-E-2, Dreamstudio o Midjourney, cuyos resultados, solicitados por un usuario, dejaron perplejos en nuestro panorama a muchos con las famosas fotos del papa Francisco en sus versiones de hip hopero, un consumado outfitsta, DJ o musculoso y tatuado que no dejaba lugar a dudas de que Bergoglio andaba de libertino o bien, como el caso del abogado norteamericano, Steven Shwartz que ordenó a ChatGPT un texto con argumentos de defensa en contra de la aerolínea Avianca. Una vez presentado al juez, este descubrió que el documento era apócrifo y llegó a la conclusión de que fue elaborado por la IA, pues, en este había precedentes legales inexistentes, lo cual implicó violaciones éticas de consideración.
Recientemente, el llamado padrino de la IA, el inglés Geoffry Hinton renunció a su puesto en Google, entre otros motivos, para poder advertir a la gente sobre los riesgos de la inteligencia artificial. Lo anterior, debido al uso que de ella se haga, pues considera que en breve y ante el mal uso, se generen realidades falsas difíciles de diferenciar con la realidad, lo que implicaría una desinformación tan compleja como peligrosa; por ejemplo, el empleo que se le ha dado en países de habla inglesa al Vally E de Microsoft para clonar voces y emplearlas en grabaciones con el objetivo de extorsionar incautos al simular secuestros de familiares o seres queridos.
Por otro lado, el propio Hinton señaló que respecto al temor popular de que las IA evolucionen hasta materializar a las SIA, pareceríallevar varias décadas pero, que frente al avance demostradohasta hoy, incluso él ya no lo ve así. Sea como fuere, existe preocupación por el desarrollo, las implicaciones, los usos y las probabilidades del descontrol relacionada con la IA, de tal forma que por un lado, el directivo de OpenAI, creadora de ChatGPT, Sam Altman se involucró en una gira internacionalcon el objetivo de entrevistarse con científicos y líderes mundiales para escuchar sus principales inquietudes. Derivado de lo anterior, con miras a la creación de una especie de estatuto que reglamente a esta tecnología; por otra parte,el Parlamento Europeo ha propuesto una normativa inicial de seis puntos para su próxima aprobación, que busca justamente establecer controles y que consiste básicamente en 1)que las IA cuenten con interruptores de emergencia, 2)la asimoviana que indica: “esta tecnología no podrá dañar a los humanos”, ni 3)generar lazos emocionales, por otro lado, 4)para las “máquinas” de mayores dimensiones, la contratación de un seguro por parte de los propietarios para cubrir probables daños materiales ocasionados por la IA, 5)estas últimas contarán con derechos y obligaciones como, por ejemplo, señala el último punto, 6)deberán pagar impuestos para, en dado caso, subvencionar a los humanos desempleados por causas de sustitución o reemplazo, pues el Fondo Monetario Internacional estima que en un periodo de cinco años las IA acabarán con 85 millones de puestos de trabajo, aunque también auguran que con su arribo generarán 97 millones de otro tipo.
El grueso de la población aún no tiene acceso a estas IA, y los que se han aproximado, a nivel popular, buscan generar posibilidades aparentemente imposibles como el hacer que Freddy Mercury, vocalista de Queen, cante canciones de Michael Jackson, que Lennon haga lo propio con piezas de McCartney, o que la IA componga una canción a partir de la solicitud de un músico pero al estilo de Nirvana o de los Beatles, lo cual ha derivado en sorprendentes creaciones por sus similitudes, aunque, para oídos atentos todavía es posible notar las costuras de tales atrevimientos; por cierto, en cuanto al ensayo sobre Barbacoa de chivo, es muy probable que el maestro hubiera reprobado a la IA que redactó su ensayo en segundos pues, aunque tiene las virtudes al principio mencionadas, se nota en su discurso que nunca vio el cortometraje mexicano y, en consecuencia, no incluyó el espíritu del análisis.
Juan Félix Barbosa
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