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Poesía

Habitamos el mar

Abril Cira

La carne no se captura

La carne no es una nave que permanece

La carne se encuentra en el aleteo de las sirenas

En el pico del cuervo

En la tela de araña

La carne no es un bloque que asciende

La carne es la manifestación del universo

Ahora con la cara al techo, observo las fotografías en este rincón, que me mantiene a salvo.

Qué es estar a salvo cuando mi propia voz se enferma y ésta mi carne de pronto se convierte en pescado.

Me he hundido en mares un millón de veces

Y tú te quedas ahí

viéndome siempre inerte

Nos hemos hecho pedazos

Me haces pedazos

Nos hacen Pedazos

Nos presumen hechas pedazos a la orilla de la carretera

O en el interior de lo que llamamos

casa, auto, fosa

Nos encuentran hechas pedazos

Con la esperanza de fuera

Los nudillos pelados

El corazón remendado

Vueltas recuerdo

Nos encuentran hechas pedazos

Se acercan y nos fotografían

Sin importar si nos lastima la luz

Nos toman la mano

Nos toman en trozos

Toman los zapatos, el vestido y el cuerpo

Nos llaman mujeres

Eso sí, nos presumen como estrellas de cine, cuando nos pintamos los labios y quedan sellados.

También se expresan de nuestro cuerpo

Señalan lo que les gusta

Lo que sale de la norma

No está permitido.

Esto ha sido inventado por quienes capturan todo.

Por los que siempre huyen

La otra vez vi una fotografía tomada por uno de ellos

Se me llenó la panza de miedo, me vino la náusea y de pronto

otra vez ya era pescado.

Me hicieron creer que estaría a salvo

no es cierto

Resulta que, en estas aguas, también nos cazan

Nos alejan del mar, nos toman, nos comen y ya

También en este mar existen los mejores peces

Esto también lo inventaron quienes capturan todo.

Yo también a veces tomo fotografías.

Me avergüenzo de algunas.

El autorretrato no es fácil

Es difícil ver las escamas tan de cerca.

Aún más difícil la metamorfosis.

Duele.

Duele espantar al deseo

apagar el grito

Duele tener qué cambiar de carne y aun así correr peligro

Duele cambiar los bailes, las formas

La de amar

La de sentir

La de creer

Duele tener que cambiar las madrugadas por los atardeceres.

Duele cambiar

De mujer a peligro

De mujer a pecado

De mujer a pescado

Duele soñar

a veces también vivir

Duele tener que cambiar de acera

Andarse con cuidado.

Duele abandonar el cuerpo, el propio

Duele mantenerse inmóvil para vivir a salvo

Desearía una y mil veces convertirme en sirena

convidar el vuelo

Mostrar mi cara, la belleza de mis plumas

Tomar la calle

Impulso

Ser voz cantora

Ojalá todas nos pudiéramos convertir en míticas sirenas

mantener la carne a salvo

disfrutar del nido, del viento

Ojalá todas nos pudiéramos convertir en míticas sirenas

Liberar el canto

posar en el tiempo, en las cornisas

En la copa del árbol más alto

Ojalá todas nos pudiéramos convertir en míticas sirenas

inventar idiomas

ser traducidas

Relatar lo imposible de fotografiar

Volar sin ser capturadas

Habitarnos en la mar.

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