Por: ERICKA D. OVANDO BECERRIL
Ericka D. Ovando Becerril (CDMX, 1996) es ingeniera biomédica y licenciada en Lengua y Literatura. Resultó ganadora en el concurso MasterPeace México 2015 en la categoría de cuento; asimismo, ha formado parte de diversos talleres de creación y crítica poética, además de cursar dos diplomados en creación literaria por el INBA y la Coordinación Nacional de Literatura. Los poemas aquí reunidos condensan sus preocupaciones estéticas justo en el cruce de la tecnología y la ciencia, con observaciones agudas a una cotidianidad que se fragmenta y disocia frente a múltiples realidades posibles, cuestionando y desarticulando todo, y ubicando al lector en paisaje androide,conjardines electrónicos de belleza artificial que emulan las experiencias humanas, sin dejar de atisbar la zozobra de lo que creemos real.
ES TEMPORADA DE JACARANDAS
De espaldas, en giros y espirales los colores
se difuminan en medio artefactos visuales, grafos, generadores aleatorios,
círculos oscuros, ruidos gráficos y ojos en blanco.
Las jacarandas también mueren;
resulta que el miedo se percibe en las respiraciones por minuto,
las postales, las máquinas y la miseria.
Construir realidades conlleva preguntar: ¿las máquinas piensan?
¿describen? ¿nacen? ¿procrean? ¿responden? Pueden, no hay duda.
las máquinas también disfrutan de las jacarandas en primavera,
las máquinas se enamoran, disuaden y critican
sienten el frío y el sonido de sus pequeños motores,
se emocionan ante un concierto y gritan, gritan, gritan.
Se estremecen al sentir
en medio del silencio
dando órdenes.
Las máquinas pueden ser inculpadas y llorar ¿pero tú?
Tú solo te estremeces. Es temporada de jacarandas, tu visión falla.
La potente luz de la temporada te ciega, te aturde y las máquinas y sus lágrimas,
sus grandes novelas y su música de fondo en la plaza principal inundan el bullicio.
Crean postales imaginarias, mundos
paralelos para construir y destruir realidades, pero tú sigues inmóvil.
Es suficiente deletrear comandos. Tú te sostienes apenas
frente a la pantalla, te tambaleas y dices tu nombre;
cada vez más suave, cada vez más inmóvil.
NO SIEMPRE ES NECESARIO GANAR
Hoy es un día cualquiera y la suerte es apenas una palabra;
la abstracción es más simple que los sucesos aleatorios cotidianos,
o el miedo, que las supersticiones y los números ganadores.
Las hojas de cálculo, números, probabilidades y variables
se definen como seguridad en medio de la incertidumbre.
Uno prefiere saber que esperar, a veces,
pero en el silencio absoluto, los caminos se turban,
las ondas se estrellan con los objetos sólidos, se estremecen, vibran, negando
las cifras y uno no sabe qué esperar.
Sientes el silencio recorriendo tu piel, el suelo se cimbra ¿tú vida?
se nubla momentáneamente en medio de las ondas y el zumbido atroz en tu sistema,
sentado en medio de un cubo
en medio de la bruma que surge y que vuelve rígida
tu respiración: lo desconocido.
Hoy es un día cualquiera y solo hay silencio
¿viste la luz recorriendo el cielo?
¿tus grandes ojos dilatarse frente al espejo?
¿viste tus extremidades ignorar las órdenes?
¿sientes el silencio oscuro pegado a la nuca que te mantiene atrincherado en casa?
¿viste la luna redonda rompiendo la oscuridad absoluta
apretando las palmas de tus manos?
¿sentiste la arena viajando entre terminales nerviosas?
Todo está frente a ti, brillante en la hoja de cristal que te refleja.
Sientes la luz, el silencio y las ondas
y frente a ti mismo sosteniendo los sucesos aleatorios cotidianos;
es suficiente ganar esta batalla, una a la vez.
Es suficiente ganar las más importantes.
Hoy es un día cualquiera y son suficientes los sucesos aleatorios cotidianos.
Ves en silencio sus grandes ojos dilatarse frente al espejo,
el absoluto.
SITUACIONES INTERNAS
Las fallas más peligrosas que amenazan el sistema son siempre internas,
son postales que aparecen de momento y luego se van;
se difuminan aleatoriamente en círculos borrosos de diferente diámetro.
La expresión siempre implica definir, explicar, simbolizar
a veces, sin ritmo, sin identidad y con el quiebre del tiempo a cuestas,
Hubiera escrito en otro idioma, en otro año, en otro orden,
hubiera construido otros personajes, otros ojos,
hubiera mirado a otro lado, encontrado otro público, interrumpido
la misión fallida con gritos. Hubiera sido alguien más.
Hubieran sido en otro lado sin las miradas perdidas ante los espectadores.
Las fallas más peligrosas se encuentran en el propio sistema;
en omitir las propias alarmas, en omitir los sonidos y las miradas
en ignorar la complejidad del sistema y las interconexiones
destruir los testimonios y negar toda reacción humana, mantenerse inmóvil.
Silenciar y continuar incomodando sin temor alguno.
Mirar a los ojos. Petrificado,
a la 1:42, el sistema es una descripción física apenas existente
¿tu ritmo? ¿tu identidad? ¿tu descripción? Son solo conceptos flotando
el vestigio es la redacción de los hechos, una imagen descriptiva
los araños de una historia surreal, constituida por historias revueltas
apenas verídicas ¿Quién las transmite? ¿Quién las replica?
Las fallas más peligrosas se encuentran en el propio sistema.
Víctimas de sí mismos, víctima de ti mismo,
continuas, con el quiebre del tiempo a cuestas,
Hubieras mirado a otro lado.
LA PRIMAVERA: UNA DESCRIPCIÓN LITERARIA
Con las flores, el calor y el verde de fondo es una definición obsoleta,
es necesario plantear en escala de grises las nuevas postales.
Sería necesario, entonces, grabar en pequeñas cápsulas los aromas
carentes de polen y perfume y guardar el registro de los nuevos elementos.
La primavera, una descripción literaria:
las flores ya no son lilas, ni blancas, son apenas siluetas con líneas grises,
las líneas punteadas de cuerpos ausentes como cadáveres.
La primavera es una descripción literaria que debe ser sustituida.
El concepto de productividad difumina las palabras
genera menos distracciones,
no importa la civilización,
no importa la errónea proporción entre preguntas y respuestas,
la errónea descripción de la memoria, el robo de identidad.
La primavera es apenas una descripción escueta
una descripción literaria que se guarda en una cápsula del tiempo
al lado de los antiguos colores, los
aromas y un poco del calor.
Sé TESTIGO